Be yourself; everyone else is already taken. — Oscar Wilde
Últimamente he pensado mucho sobre si la inteligencia artificial llegará realmente a reemplazarnos. Y la verdad, es que todavía no encuentro una conclusión que me deje completamente satisfecho, pero hay algo que sí tengo claro: Pretender que una IA imite completamente la esencia humana sería tan absurdo como que una persona intentara ser alguien más.
Digo esto, por que a mi forma de ver cada ser humano es una iteración única e irrepetible formada por experiencias, vivencias, miedos y deseos particulares, completamente diferentes entre uno y otro. Incluso el orden en que leemos los mismos libros, el lugar donde nacemos o la persona de quien nos enamoramos por primera vez influyen profundamente en cómo percibimos y entendemos el mundo. Somos sistemas complejos y únicos formados de experiencias casi aleatorias, y por esto mismo, incluso dos hermanos que nacen en el mismo hogar en algún punto se vuelven personas radicalmente diferentes.
Del mismo modo en como influye como una inteligencia artificial es entrenada —con qué datos, en que orden y bajo qué contexto—, nosotros también somos moldeados por cada pequeña experiencia que atravesamos. Una IA podrá acceder a un volumen de información enorme y procesarla con una velocidad que nosotros jamas seremos capaces, pero hay caracteristicas propias de la experiencia humana (nuestros miedos, anhelos y pasiones) que otorgan a nuestros pensamientos una profundidad única.
You will never be able to experience everything. So, please, do poetical justice to your soul and simply experience yourself. — Albert Camus
Al final, esa profundidad constituye la verdad individual de cada uno de nosotros, una verdad que merece ser compartida. Y sería una verdadera tragedia privar al mundo del privilegio de escuchar lo que cada uno de nosotros tiene que decir.